Mujer, ¿todavía fumas?

Descubre porque a las mujeres les cuesta más dejar de fumar y porque vale la pena intentarlo

El consumo de tabaco es la principal causa de pérdida de salud y de mortalidad prematura y evitable a nivel mundial. Actualmente sabemos que más de 30 enfermedades están directamente relacionadas con el consumo de tabaco y unas 10 patologías se relacionan con la exposición al humo ambiental del tabaco (lo que se conoce como humo de segunda y tercera mano). Así pues, se sabe que la exposición pasiva al humo ambiental del tabaco, aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón en las personas no fumadoras y otras enfermedades del aparato respiratorio como el asma, sobre todo en los niños.

En los últimos años, ha habido una clara disminución del consumo de tabaco en Cataluña, pero este descenso ha sido más evidente en los hombres. En cuanto a las mujeres, el número de fumadoras apenas ha variado en los últimos años.


¿Por qué a las mujeres les cuesta más dejar de fumar?

Existen varios motivos comunes a hombres y mujeres, que influyen en el hecho de empezar a fumar: la curiosidad por experimentar, la búsqueda de una apariencia más moderna, la aceptación en el grupo ...

La mujer suele fumar cuando está triste, se siente sola, está nerviosa ... El hecho de fumar está asociado muchas veces a los estados de ánimo negativos y lo utilizan para buscar un efecto falsamente relajante (ya que la nicotina lo que hace es aumentar realmente la sensación de estrés).

Así pues, los niveles elevados de estrés de muchas mujeres en el contexto del día a día, con la conciliación familiar y laboral entre otros, podría también explicar el consumo de tabaco. Se crea un vínculo entre el acto de fumar y el uso del tabaco como una manera de afrontar un problema, esto hace más difícil el conseguir dejar de consumir, ya que se hace necesario buscar además, alternativas para afrontar estas situaciones generadoras de estrés. Sin embargo, según algunos estudios las mujeres, cuando intentan dejar de fumar, presentan más síntomas relacionados con el estado de ánimo que los hombres. Este tipo de sintomatología de la abstinencia en la mujer, se cree también que respondería peor al tratamiento.

Por otra parte, la importancia del peso corporal en la mujer, y el miedo del aumento de peso durante el proceso de dejar de fumar, hace que muchas de ellas continúen fumando.


¿Por qué vale la pena dejar de fumar?

El tabaco reduce los niveles de hormonas femeninas (estrógenos). Esto hace que las mujeres fumadoras tengan más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como los infartos cardíacos o embolias cerebrales. También explicaría la posibilidad de presentar la menopausia en edades más jóvenes y problemas de fertilidad.

Durante el embarazo, el consumo de tabaco repercute sobre la salud de la mujer, sobre el bebé y el niño a largo plazo. Fumar durante el embarazo o mientras se da el pecho puede provocar, entre otras patologías, un síndrome de abstinencia del tabaco en el bebé con síntomas como: alteraciones del sueño (que puede terminar influyendo a largo plazo en la memoria y provocar otros déficits), irritabilidad, llanto excesivo, cólicos, disminución de tono muscular y palidez.

No es válida la información que aún transmiten algunos profesionales de la salud, que dicen a las embarazadas que es mejor fumar menos que dejar de fumar. El tabaco tiene consecuencias que pueden ser irreversibles en el feto. No hay ningún estudio que relacione la ansiedad de dejar de fumar con ningún efecto malo para el feto. En rebajar el consumo de cigarrillos durante el embarazo debe servir como una medida inicial encaminada, a corto plazo, a dejar el consumo de forma total. Disponemos de estrategias y tratamientos efectivos y seguros para ayudar a dejar de fumar a estas mujeres, y es importante que soliciten información a sus médicos de referencia.

Dra. Àgata Camps Calduch - MFIC CAP Rubí