Sarampión: lo que debemos saber
El sarampión es una enfermedad provocada por un virus (familia paramyxoviridae y del género Morbillivirus) muy contagiosa que inicialmente cursa con fiebre (más de 38º C), mal estar general y síntomas catarrales (tos seca, abundante mucosidad y ojos rojos). Pasados entre 3 y 5 días aparece una erupción cutánea que suele empezar por la cabeza (típicamente por detrás de las orejas) y se va extendiendo al resto del cuerpo y extremidades. Suele durar entre 7 y 10 días.
En algunos casos pueden presentarse complicaciones graves, especialmente en menores de 5 años, mayores de 20 y problemas para el feto en las mujeres embarazadas.
El sarampión tiene un periodo de incubación de entre 7 y 14 días y es muy contagioso desde unos 4 días antes de iniciarse la erupción cutánea y hasta 4 días después afectando a personas (niños y adultos) que no han estado vacunados ni han padecido la enfermedad, es decir, personas que no están inmunizadas. Es por ello que es muy importante estar bien vacunado para prevenir la enfermedad.
Actualmente, la vacunación se encuentra incluida en el calendario de vacunación sistémica y se administran 2 dosis de la vacuna triple vírica (TV): una primera dosis a los 12 meses de edad y la segunda dosis a los 3 años. De todas formas, si uno no está vacunado y no ha pasado el sarampión, se puede vacunar a cualquier edad.
No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión. El tratamiento consiste en la administración de antitérmicos para controlar la fiebre, lavados oculares, luz tenue y se aconseja ofrecer líquidos abundantes para prevenir la deshidratación.
Una vez confirmada la enfermedad no se puede reiniciar la actividad escolar hasta pasados 4-6 días de iniciada la erupción cutánea que es lo que suele tardar en remitir.