La Dra. Maite Garolera, directora de la Unidad Clínica de Investigación del Cerebro y la Cognición del CST y la Dra. Susana Millán, Coordinadora del Área de Urgencias-Críticos del Hospital Plató, se encargaron de dirigirla y el Dr. Antoni Bulbena, catedrático y director del departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB fue el responsable de tutorizarla.

El trabajo, que ha recibido una calificación de Excelente Cum Laude, se presentó por compendio de publicaciones. A nivel de síntesis, la tesis recoge que las personas que padecen enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple (EM) y la enfermedad de Parkinson (EP), pueden constituir un grupo de riesgo para la seguridad en la conducción de vehículos. Se hace difícil discriminar qué pruebas neuropsicológicas de las aplicadas habitualmente en su seguimiento clínico se relacionan con los tests de conducción estándar aplicados en nuestro país y con este objetivo se realizan dos estudios.

El primero se realizó con pacientes con diagnóstico de EM. Estos se dividieron en dos grupos, los que presentaban deterioro cognitivo y los que no. Los que no lo presentaban mostraron puntuaciones similares a los controles. En cambio, la presencia de deterioro cognitivo asociado a la EM reveló diferencias en la mayoría de los subtests de las pruebas de conducción. Las pruebas neuropsicológicas que permitieron identificar a los pacientes con EM y deterioro cognitivo con más riesgo para la conducción fueron las que implican las funciones ejecutivas y la velocidad de procesamiento de la información.

El segundo se realizó con pacientes con diagnóstico de Enfermedad de Parkinson sin deterioro cognitivo. Estos mostraron resultados significativamente peores que los controles a las subpruebas de conducción de coordinación motora y velocidad de procesamiento visual. La somnolencia no se relacionó con las pruebas de conducción. El rendimiento en el dominio visuoespacial permitió en el 78% de los casos la identificación de los conductores poco seguros.

En términos de conclusiones, el trabajo concluyó que parte de los pacientes con EM y EP mostraron puntuaciones de riesgo para una conducción no segura. El deterioro cognitivo asociado a la EM es un factor de riesgo añadido, el 32% de estos pacientes se consideraron con riesgo elevado para la conducción. En cambio, el 100% de los pacientes sin deterioro cognitivo mostró un bajo riesgo para la conducción.

Además, también evidenció que en los pacientes con diagnóstico de MP sin deterioro cognitivo 19% mostraron dificultades que podrían afectar a sus capacidades para la conducción. Los pacientes con EM y EP deberían ser evaluados neuropsicológicament de manera más regular, con el fin de poder detectar de forma precoz los déficits cognitivos que pudieran influir en la seguridad de su conducción.

La Dra. Dolores Badenes es Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​es Psicóloga Clínica y tiene un máster en Neuropsicología (UAB). Su trayectoria en el ámbito de la psicología se inicia en 1979 en el sector sanitario trabajando de psicóloga clínica y en 1995 comienza a formar parte de MútuaTerrassa. Actualmente trabaja como neuropsicóloga en el servicio de Neurología del HUMT en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con enfermedades neurológicas. Es profesora asociada de la UB y tutora de prácticas del Máster de Neuropsicología y Neurología de la conducta.