¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso que causa crisis epilépticas. No es un trastorno mental y no es contagiosa. Sufrir una crisis epiléptica no significa que se padezca epilepsia.
¿Qué es una crisis epiléptica?
Las crisis epilépticas se producen cuando varios grupos de neuronas producen descargas eléctricas anormales.
Tener una crisis epiléptica es algo relativamente frecuente. Se calcula que en torno al 10% de la población puede tener una crisis a lo largo de su vida, pero solo el 3% desarrolla epilepsia. Son más frecuentes en niños, adolescentes y mayores.
¿Qué causa una crisis epiléptica?
Las crisis epilépticas pueden ser provocadas por un proceso agudo que puede ser sistémico (una alteración metabólica, una hipoglucemia, o el consumo de tóxicos o medicamentos), neurológico (como un trauma craneal, una infección del sistema nervioso central o un ictus), o genético.
Las crisis no provocadas son aquellas en las que no se encuentra una causa directa que la ha causado. Se calcula que en 6 de cada 10 crisis se desconoce la causa que la provoca.
Tipos de crisis epiléptica
Existen dos tipos de crisis epilépticas: generalizadas y focales.
- Las focales (o parciales): se inician en un grupo de neuronas de una parte específica del cerebro por lo que afectan solo a una pequeña parte de este órgano.
- Las generalizadas: se inician en una red de neuronas diseminadas por el cerebro. Y dentro de esta clasificación hay muchos subtipos:
- Crisis de ausencia: provoca una pérdida repentina del conocimiento durante 10/20 segundos.
- Crisis atónica: provoca una pérdida repentina de la fuerza muscular durante unos 15 segundos.
- Crisis clónica: provoca espasmos en los músculos que pueden durar hasta 1 minuto.
- Crisis mioclónica: provoca breves y bruscas sacudidas durante unos segundos.
- Crisis tónica: provoca que los músculos se contraigan y se pongan rígidos durante unos 10/20 segundos.
- Crisis tónico-clónica: consta de dos fases, una primera tónica para pasar a una segunda clónica. Puede llegar a durar entre 1 y 3 minutos.
Cómo se diagnostica la epilepsia
El diagnóstico de la epilepsia puede ser complicado. Lo realiza el neurólogo y para ello necesita valorar todos los detalles sobre cómo se ha producido la primera crisis. El historial clínico, los antecedentes familiares, una exploración general: física y neurológica, y un análisis de sangre le ayudarán con el diagnóstico. En ocasiones, puede pedir pruebas adicionales como el electroencefalograma (EEG), la Tomografía Computarizada (TC), o la Resonancia Magnética (RM).
Qué hacer ante una crisis epiléptica
Después de la crisis epiléptica
Tras sufrir una crisis epiléptica es importante recopilar toda la información posible para ofrecer al neurólogo toda la información lo más detallada posible. Eso le ayudará a evaluar su estado, concretar el diagnóstico y pautarle el tratamiento más adecuado.Hay que anotar información sobre: la hora a la que se produjo la crisis, qué estaba haciendo la persona afectada, si ocurrió algo que pudiera provocar la crisis o si fue sin previo aviso, si tuvo algún síntoma antes de que empezara, qué le ocurrió durante la crisis, cómo se desarrolló, cuánto duró y cómo reaccionó la persona después de la crisis.
Medidas generales
Tras la primera crisis epiléptica y hasta tener una consulta con el neurólogo, se aconsejan las siguientes medidas generales:
- Evitar los factores desencadenantes si se conocen.
- Aprender a actuar antes otra posible crisis (tanto la persona afectada como sus familiares y/o cuidadores más cercanos).
- Anotar los detalles de la siguiente crisis si sucediera.
- Seguir las recomendaciones del servicio de Urgencias hasta tener la consulta con el neurólogo.
- Para más información seria y rigurosa sobre epilepsia, visitar: www.vivirconepilepsia.es