¿Qué hacer cuando un niño sufre de dolor de cabeza o cefalea?

El dolor de cabeza o cefalea es un síntoma muy frecuente en los niños.
Hasta el 96% de los niños sufrirá algún tipo de dolor de cabeza antes de los 15 años. Es un síntoma en aumento, considerando que en los últimos 20 años el porcentaje de niños con cefalea se ha triplicado, probablemente en relación con el estrés.

¿Por qué les duele la cabeza?
El tejido cerebral en sí mismo no duele, pero la mayor parte de las estructuras que lo rodean como son las meninges (las membranas que se encuentran entre el cerebro y los huesos del cráneo), la piel, el músculo y otras estructuras de la cabeza como los ojos, los oídos, la boca o los senos paranasales, sí tienen receptores del dolor. Así, la activación por cualquier causa –dilatación de vasos cerebrales (como en la hipertensión arterial), inflamaciones o infecciones (meningitis, sinusitis, otitis, flemones dentales), contractura muscular, etc..- de los receptores puede desencadenar el dolor de cabeza.

Dentro de las causas agudas más frecuentes se encuentran:

  • Infecciones víricas (catarro, gripe, gastroenteritis, etc.). Fiebre
  • Sinusitis aguda
  • Meningitis
  • Post traumatismo
  • Dentro de las recurrentes (recurren periódicamente con intervalos libres de síntomas entre dichos episodios) destacan: la cefalea tensional y la migraña
¿Qué síntomas tienen?
Según la edad del niño, este será capaz de explicar con mayor o menor detalle las características del dolor.
El dolor no es siempre igual, cuando los niños son mayores son capaces de describir si sienten pinchazos o una sensación de que les están apretando la cabeza, si es un dolor pulsátil, si les duele solo una parte o toda la cabeza, etc.

Además del dolor de cabeza a veces puede presentarse vómitos, náuseas, cansancio, sensación de malestar ante luces (fotofobia) o ruidos (sonofobia), o disminución del apetito e interrupción de la actividad habitual del niño. Los niños pequeños muchas veces no se quejan de dolor, pero están decaídos, tristes, irritables o sin ganas de comer.

Algunos tipos de cefaleas presentan síntomas más complejos como alteraciones de la visión, la sensibilidad o la fuerza, inestabilidad en la marcha; en estas circunstancia siempre tiene que consultar con su medico

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del dolor de cabeza se basa en una historia clínica detallada y una exploración física general y neurológica. En la mayoría de las ocasiones no será necesario realizar otras pruebas adicionales.

A veces los antecedentes familiares ayudan a establecer el diagnóstico, como en el caso de las migrañas.

En los casos de dolor recurrente puede ayudar al diagnostico que el niño realice un diario de síntomas (registro de frecuencia, localización, intensidad y características del dolor, síntomas asociados, posibles situaciones desencadenantes)

En ocasiones, ante la sospecha de una causa secundaria del dolor (trastorno de otros órganos o sistemas, o infecciones, hematomas, tumores, etc..) se requiere de otros examenes como analíticas, estudios de imagen (tomografía computada o resonancia magnética) o interconsulta con otros especialistas como oftalmología , otorrinolaringología, etc…

¿Cuándo debo llevarlo al pediatria?
Ante un primer episodio de dolor de cabeza en un niño menor de 5 años y que no está acatarrado ni tiene fiebre; si no cede con los fármacos analgésicos habituales, si el dolor es muy intenso y aparece bruscamente, si le despierta por la noche, si interfiere con su actividad cotidiana (juego, estudio), si se acompaña de vómitos persistente o si el dolor es cada vez más fuerte.

Si ya había tenido cefaleas, pero el nuevo episodio ha cambiado de características (se localiza en la parte posterior de la cabeza o es de mayor intensidad o duración), o se acompaña de alteraciones de la visión, habla, fuerza o sensibilidad, se debería consultar de nuevo.

¿Cómo se trata?
El tratamiento del dolor de cabeza se basa en fármacos analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno. Es conveniente que durante el episodio agudo el niño esté en reposo en un ambiente tranquilo, sin mucho ruido ni luz. Los videojuegos y la televisión tampoco son recomendables.

Si se identifican situaciones que los empeoran como comer determinados alimentos (chocolate, coca cola, pipas), el exceso o la falta de sueño, o situaciones de estrés, se tratarán de evitar.

En algunas ocasiones, según las características y frecuencia del dolor, ó si limita las actividades diarias habituales, puede ser necesario administrar un tratamiento preventivo (medicación diaria para disminuír la frecuencia de los episodios y/o la intensidad de los mismos).

¿Se puede prevenir?
Existen algunos consejos generales que pueden ayudar a prevenir el dolor de cabeza:
  • Dormir las horas suficientes y mantener unos horarios de sueño regulares.
  • Hacer cinco comidas al día, evitando el ayuno prolongado.
  • Mantener una hidratación adecuada.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular, evitando las últimas horas del día antes de acostarse.
  • En aquellos casos en los que existan factores que desencadenan el dolor como el estrés o los problemas personales, se puede valorar el realizar un tratamiento que incluya técnicas de relajación y terapias conductuales para mejorar el manejo del estrés por parte del niño o adolescente.