Para ofrecer la atención necesaria al recién nacido siempre tenemos disponible un médico especialista en neonatología y la Unidad de Neonatos, con capacidad para ofrecer la asistencia especializada que el bebé pueda requerir en todo momento.
Si el parto es normal y el bebé se adapta sin problemas, la comadrona que te ha acompañado durante el parto te ofrecerá la atención básica desde el primer momento: enjugará a tu bebé y lo pondrá barriga con barriga siguiendo el método piel en piel para que puedas darle calor y minimizar el estrés secundario del paso a la vida extrauterina.
La comadrona hará el test de Apgar al recién nacido y lo cubrirá con una arrullos (pieza rectangular de tela, generalmente de ruso) o una toalla caliente y le pondrá el gorrito y la identificación.
Como cuidados específicos, pondremos a tu bebé una crema antibiótica en los ojos para evitar la posible infección que se puede adquirir en el canal del parto y se le inyectará vitamina K en el muslo mientras está protegido sobre la madre. En el primer caso, los padres pueden negarse al tratamiento preventivo, ya que se trata de una enfermedad infrecuente y rara vez grave. En el caso de la vitamina K, se puede administrar por vía oral, pero serán necesarios dosis repetidas a los 7 y 30 días y la responsabilidad de la administración de las dosis siguientes será a cargo de los padres. En ningún caso se le puede negar, teniendo en cuenta el riesgo importante que representa la enfermedad para el bebé. Si la pareja opta por la administración oral, le entregaremos un consentimiento informado sobre la enfermedad hemorrágica del recién nacido y el efecto que la vitamina K tiene en su prevención.
El bebé no se separará de la madre cuando se termina el parto y se traslada siempre con ella, siguiendo la técnica de piel a piel, hasta la habitación. El mantenimiento del recién nacido, siguiendo esta técnica, durante las primeras horas (de 2 a 6 horas, según la voluntad de la madre) facilita mucho el establecimiento de la lactancia materna, aprovechando el periodo de vela que el bebé tiene justo después del parto.
Cuando el bebé esté tranquilo, la madre avisará para que podamos hacerle las primeras curas: lo pesamos y medimos, el vestimos y lo dejamos en la cuna de la habitación con los padres.
Entre las 12 y 24 horas de vida, el pediatra le hará la primera visita completa, con los padres presentes.
El pediatra y la enfermera puericultora pasarán cada día para resolver dudas, y antes del alta se repetirá la exploración completa. Cuando sea quiera, se puede avisar al pediatra por si hay algún cambio en la asistencia.
En todo momento ofrecemos el apoyo máximo de cara a establecer con éxito la lactancia materna, que consideramos tan importante como cualquier tratamiento ofrecido al bebé.
La lactancia no tiene horario y el bebé estará con los padres durante toda el tiempo para poder ofrecerle lo que necesita sin ninguna restricción y, de esta manera, hacer posible que se establezca un vínculo con los padres que los permita disfrutar desde el primer momento.
Si en cualquier momento el bebé presenta un síntoma anómalo, el pediatra lo evaluará y decidirá cuál puede ser el tratamiento más adecuado. Y, si es necesario, lo ingresará en la unidad neonatal.
En caso de que la pareja quiera acogerse al programa de alta precoz (alta entre 24 y 48 horas), el pediatra comprobará que no haya ningún riesgo para el bebé y citará a los padres en un margen de 2 a 4 días para la visita final (exploración completa y entrega del libro del bebé rellenado).