La fractura de cadera, la epidemia silenciosa

La fractura de fémur proximal es en la actualidad un problema de salud en todos los sistemas sanitarios.

Estudios epidemiológicos nos han permitido apreciar que existe una periodicidad estacional en la fractura de cadera y con una incidencia que en general se acentúa en los meses de invierno.

La edad media de los pacientes que las padecen es superior a los 80 años. Tras la intervención el 50% de los pacientes necesitan de ayudas para caminar y la tasa de mortalidad se sitúa entre el 15% y 30% en el primer año después de la fractura.


El envejecimiento de la población ha convertido a la fractura de cadera en un problema sanitario, social y económico de primer orden, que no dejará de agravarse en las próximas décadas. Por este motivo ha adquirido la denominación de epidemia, ya que afecta a un número de personas superior al esperado.


En nuestro Hospital el número de casos han aumentado en un 25% en los últimos 4 años. Se ha pasado de 200 intervenciones de fractura de fémur, en el año 2013, a casi las 250 durante el pasado 2017.


La osteoporosis post menopáusica y la relacionada con el envejecimiento son las dos formas más comunes de esta patología, se trata de una condición esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea (masa / volumen), que conduce a una disminución de la resistencia mecánica del hueso. Los pacientes afectados por esta patología tienen una mayor tendencia a la fractura.


Las fracturas de cadera se han convertido en el barómetro internacional de la osteoporosis, porque están muy relacionadas con esta disminución de la densidad mineral ósea, tienen un elevado coste de reparación y provocan una mayor dependencia en comparación con otras facturas osteopòriques como la de muñeca.


La disminución de la densidad ósea del fémur y el aumento de las caídas relacionadas con la edad, tanto en hombres como en mujeres, son los factores que provocan el 90% de estas fracturas de cadera.

La edad de los pacientes y la presencia de otras enfermedades -como la diabetes, enfermedades pulmonares u otras patologías afegides- agravan con la falta de movilidad que ocasiona el traumatismo. Este hecho conlleva una mortalidad muy elevada: alrededor de un 8% de los pacientes mueren en el primer mes y puede llegar a un 30% en el primer año.


Recuperación intensiva mediante el programa Fast-Track

Para disminuir al máximo todas estas problemáticas, desde la Unidad de Traumatología Geriátrica del Hospital Universitario MútuaTerrassa han establecido nuevas guías y protocolos terapéuticos que permiten realizar un tratamiento multidisciplinar integrado, donde intervienen profesionales de enfermería, anestesia, traumatología y rehabilitación . Todo ello permite mejorar el proceso asistencial en el control del dolor, disminuir el tiempo de demora antes de la operación, rebajar el tiempo para acceder a la rehabilitación así como disminuir la mortalidad y las complicaciones.


Siguiendo programas como el Fast-Track -de recuperación intensiva- se pretende minimizar el impacto que la cirugía puede tener en el paciente. Este programa se centra en la información facilitada al paciente y la familia sobre el proceso, un correcto control del dolor y en una movilización precoz.


El futuro se presenta incierto, ya que a pesar de todos los esfuerzos que se están destinando a esta causa, algunos estudios sugieren que la epidemia irá en aumento debido al incremento de la población mayor de 65 años, la edad media de los pacientes así como la mortalidad asociada a la edad.