Hábitos alimentarios saludables que revierten en una buena salud

Por todos es sabido que es más difícil perder peso que no ganarlo. Pero ¿por qué? Una posible respuesta puede estar en los genes ya que en la actualidad -en condiciones de hiperalimentación y sedentarismo- favorecen la aparición de la obesidad y enfermedades asociadas (diabetes tipo 2, síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular y determinados tipos de cáncer).

A todo esto hay que sumarle la gran disponibilidad de alimentos que tenemos a nuestro alcance (donde abundan los productos de alta densidad energética ricos en grasas y azúcares pero de baja calidad nutricional y alimentos procesados ​​ricos en sal, y con escaso efecto saciante) a menudo a precios muy asequibles.

Cuando hablamos de comer de forma consciente conviene fijarnos en nuestras señales fisiológicas. En este punto hay que diferenciar entre el hambre física y el hambre emocional. La primera es gradual, permite pensar, elegir la comida, dejar de comer cuando se está saciado y no se asocia a culpabilidad. El hambre emocional es repentina, urgente, se hace de forma automática (a menudo ligada a alteraciones emocionales) y se acompaña de sentimiento de culpa. Hay que conocer estas señales para canalizar posibles emociones de forma adecuada y no a través de la comida.

Claves para evitar o corregir el sobrepeso o la obesidad y las enfermedades asociadas

  • Asegura en cada comida principal un buen plato de verdura o ensalada
  • Consume cereales integrales (pan, pasta, arroz ..)
  • Toma legumbres un mínimo de 2 veces por semana
  • Incluye cada día 2 ó 3 frutas frescas
  • Minimizar la cantidad de proteína animal en favor de la proteína vegetal (legumbres y frutos secos)
  • Reduce la ingesta de carne roja (cerdo, ternera, cordero, caballo, buey) y evita la carne procesada (embutidos, hamburguesas, salchichas ...)
  • Evita las bebidas azucaradas (zumos comercial, refrescos ..) y las bebidas con alcohol
  • Asegura unas 8 horas de sueño, dormir poco incrementa el riesgo de sobrepeso
  • Come despacio y de forma consciente
  • Evita el sedentarismo, ten un estilo de vida y de ocio activo, asegura al menos unos 30 minutos diarios caminando y suma todas las oportunidades para moverte (sube escaleras, haz trayectos a pie ...)
  • Para adoptar unos hábitos saludables se requiere tener motivación y una cierta planificación. En este sentido, te puede ayudar marcarte pequeños retos e ir alcanzando de forma gradual: cualquier mejora en la alimentación y / o en actividad física pronto se traducirán en beneficios para la salud. ¡Ponte! Te sentirás mejor y te hará sentir mejor.
  • Huye de las dietas milagro que buscan resultados rápidos con poco esfuerzo: están abocadas al fracaso y empeoran el problema y además causan frustración.