Compartimento posterior
En los prolapsos de compartimento posterior es en los que más nos puede ayudar la ecografía porque nos identifica el órgano prolapsados, bien sea un rectocele (Clip 2), un enterocele o la combinación de ambos (Figura 3 y Clip 3).
Figura 3. La imagen muestra un prolapso de compartimento posterior donde podemos ver con claridad un rectoenterocele
El rectecele se comportaría igual que el cistocele, es decir, cuando el rectocele sobrepasa el canal anal habría más disfunción de vaciado o defecación obstructiva porque el septo rectovaginal está roto. En cambio, cuando el septo rectovaginal está conservado no hay defecación obstructiva; lo que se está produciendo es un descenso perineal (3).
En muchas ocasiones la exploración clínica solamente nos permite identificar un prolapso del compartimento posterior, pero no permite discriminar de qué se trata. La ecografía permite diferenciar con claridad si lo que vemos es un rectocele, si existe asociado un enterocele, o si de lo que se trata es de un enterocele puro. Diferencia importante de determinar puesto que el tratamiento quirúrgico es distinto ante estas distintas entidades.
En muchas ocasiones la exploración clínica solamente nos permite identificar un prolapso del compartimento posterior, pero no permite discriminar de qué se trata. La ecografía permite diferenciar con claridad si lo que vemos es un rectocele, si existe asociado un enterocele, o si de lo que se trata es de un enterocele puro. Diferencia importante de determinar puesto que el tratamiento quirúrgico es distinto ante estas distintas entidades.