Control del residuo postmiccional
La aplicación de la ecografía en el estudio de la incontinencia empieza de nuevo por la valoración del control de orina residual. El control de orina residual es importante para descartar una disfunción de vaciado. Haylen, en 1989 valoró la precisión de la ecografía para medir el volumen de orina residual en pacientes operadas (1). Comparó el volumen obtenido por ecografía con el obtenido por cateterismo vesical y vio que existía una muy buena correlación entre ambos, especialmente entre 50 y 200 ml. Existen numerosas fórmulas para valorar el volumen de orina residual. La propuesta por Haylen es A x B x 5,9 – 14,6, dónde A y B serían la parte anecogénica del contenido vesical en profundidad y altura, medida en el plano sagital (1) (Figura 5). Otras fórmulas utilizan además el plano transversal midiendo así la parte anecogénica del contenido vesical en un corte transversal, por ejemplo la de Dicuio. Otras, como la propuesta por Dietz, utiliza únicamente el plano sagital y un sólo factor de conversión: X x Y x 5,6, dónde X e Y serían la altura y la profundidad del contenido vesical (3) (Figura 5). También es posible valorar el volumen residual mediante ecografía tridimensional con un ecógrafo portátil (bladder-scan), o con algún software específico que posea el ecógrafo (por ejemplo, el programa VOCAL de GE).
Figura 5. Medida del volumen residual a partir de la máxima profundidad y altura del contenido anecogénica vesical
Es difícil valorar la disfunción de vaciado únicamente con la clínica. En ocasiones se presenta como una estranguria o dificultad en la micción, pero a veces no es así y clínicamente puede parecer tanto una incontinencia de orina de esfuerzo como con clínica de urgencia.
La disfunción de vaciado es importante valorarla en pacientes operadas y se va a asociar muchísimas veces al prolapso uterino. Si se nos pasa por alto y no tenemos en cuenta la disfunción de vaciado, puede desencadenarse a largo plazo una ureterohidronefrosis que derive en una insuficiencia renal. También pueden aparecer divertículos vesicales al existir una vejiga que lucha por vencer la obstrucción, o otra patología más frecuente como son las infecciones de orina de repetición.
Hoy en día, por tanto, no tiene ningún sentido realizar un cateterismo para valorar el residuo postmiccional (maniobra obviamente cruenta) cuando por ecografía podemos valorar exactamente lo mismo.
La disfunción de vaciado es importante valorarla en pacientes operadas y se va a asociar muchísimas veces al prolapso uterino. Si se nos pasa por alto y no tenemos en cuenta la disfunción de vaciado, puede desencadenarse a largo plazo una ureterohidronefrosis que derive en una insuficiencia renal. También pueden aparecer divertículos vesicales al existir una vejiga que lucha por vencer la obstrucción, o otra patología más frecuente como son las infecciones de orina de repetición.
Hoy en día, por tanto, no tiene ningún sentido realizar un cateterismo para valorar el residuo postmiccional (maniobra obviamente cruenta) cuando por ecografía podemos valorar exactamente lo mismo.